jueves, 12 de octubre de 2006















...Aquella tristeza muda que sangraba por las paredes de la ciudad herida era el verdadero rostro de su alma. Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas...

“La sombra del viento”

1 comentario:

Lola Taichou dijo...

bello blog. me gusto tu radiografia.

besos