jueves, 28 de septiembre de 2006

Casi una radiografía












Soy ciclotímica, ansiosa, sensible, un tanto histérica, depresiva, alegre, contradictoria, etc.

Podría decir también que cuando conozco a alguien (cualquiera sea su sexo) no soy muy comunicativa; antes de mostrarme estudio al otro.

No soy rencorosa, pero jamás olvido lo que me hacen (haya perdonado o no).

¿Vengativa? No, pero siempre es lindo saber que el otro de alguna manera pagó el daño causado.

Se escuchar, pero también exijo que me escuchen.

Se aconsejar, pero pocas veces hago lo que me aconsejan.

¿Miedos? Muchos, pero por épocas.
Entre ellos:
-A las arañas.
-A la soledad.
-A los camiones con acoplado.
-A la muerte.
-A la vida.
-A los aviones.
-A que no me quieran.
-A mi misma.
-A la gente en maza.
-A los lugares cerrados.
-A las alturas.
-A viajar en auto, por miedo a tener un accidente.
-A los payasos.
-Al ridículo.
-A la vejez.
-Al fracaso.
-A los espíritus.
-A volverme loca.
-A no poder controlarme.
-Etc, Etc, Etc….

Cuando quiero a alguien, quiero mucho. Cuando amo a alguien amo mucho, y soy capaz de dar hasta lo último que tengo con tal de complacer o ver feliz al otro.

No puedo disfrutar las cosas que me pasan del todo, siempre encuentro un motivo para boicotear mi felicidad.

Soy muy fiel, no puedo evitarlo, creo que es porque amo demasiado y jamás podría hacerle a la persona que está conmigo algo que no querría que me hagan.

Tengo ataques de violencia, contra mí la mayoría de las veces. Y si es contra el otro, trato de controlarme hasta que se pase la furia. No soy agresiva con los demás. Antes de atacar a alguien prefiero atacarme a mí.

Soy romántica, no cursi.
Soy hiriente a través de la palabra.
Soy alérgica al sol y al calor.

Lloro mucho cuando nadie me ve.

Odio no poder parar mi cabeza.
Odio no poder dejar de pensar las 24 horas del día.
Odio la mentira y la traición.
Odio a la gente hipócrita.

Me da asco mirarme al espejo (la mayoría de las veces).

Me gustan mis ojos, mi nariz, mi boca, mis dientes, mis tatuajes y creo que eso ya es mucho decir.

No me gusta mi perfil, mis manos, mis rodillas, mi cuerpo, odio mis pies, mi espalda, etc.

Mi humor es muy malo a la mañana, por eso una de las cosas que menos me gusta es madrugar.

Amo la música en casi todos sus géneros.
Amo bailar, cantar y tocar el violín. Ninguna de esas tres cosas las hago bien.

Me gusta mirar películas, cocinar, cocer, dibujar, escribir, estar con mis amigos, con la persona que amo, etc.

No me gusta hacer gimnasia, lavar ropa, planchar, ir al medico, hacer cosas porque debo y no porque quiero, etc.

Detesto los trabajos convencionales y las fiestas de fin de año.
Me encanta trabajar de lo que me gusta y las fiestas con amigos.

Tengo ataques de pánico, a veces más y a veces menos.

Muchas veces siento que no valgo nada.

Es muy difícil que exprese lo que realmente me lastima.

Prefiero la verdad más cruel, antes que la mentira más pequeña.

En parte soy esto.
Aun falta mucho de mí acá.
También me falta conocerme.

Camila.

domingo, 24 de septiembre de 2006

viernes, 15 de septiembre de 2006

Viaje en bosque

En un instante el bosque se volvió una tumba sin salida. La luna se había escondido entre los árboles. Di un paso adelante y ya no pude moverme; algo me había agarrado las piernas. Los sonidos dejaron de parecer los de un bosque común y corriente para tornarse en una bola de gritos y corridas. Yo no veía nada, o quizás no quería ver lo que en realidad estaba pasando. Estaba paralizada, la sangre se me había congelado y de alguna manera y sin pensarlo di con la fuerza que me quedaba di un salto con los pies juntos y escape, sabiendo que de todas maneras aun no estaba a salvo o que quizás jamás volvería estarlo. De repente ya no escuche nada. Extendí mis brazos hacia el frente y comencé a caminar con pasos cortos y tanteando lo que tenia delante. Hacia mucho frio, aunque sentía fuego en algunas partes de mi cuerpo. No quería gritar para pedir ayuda por que temia que alguien o algo se acercara y no precisamente para ayudarme, no sabia que hacer, hasta me asustaba el ruido de mis propios pasos. No se cruzaba por mi mente ni un pensamiento positivo; no tenía ni una gota de esperanza. Podía sentir miradas sobre mis hombros. Solo quería salir de allí. Apreté mis puños preparándome para defenderme de algo, pero no sabia de que. Camine por unos minutos teniendo la sensación de estar siempre en el mismo lugar; como si diera mis pasos sobre una cinta de ejercicios. Estaba empezando a no sentir las piernas; a caminar por inercia, seguía sin esperanzas de salir del bosque. Cuando de pronto algo me golpeo desde atrás y paso por al lado mío. Trate de ver que había sido y antes de poder darme cuenta, se prendió ante mí una luz y se apago rápidamente, definitivamente no estaba sola, la luz se volvió a prender y esta vez lo vi todo. Había un hombre colgado de un árbol, pálido y con ropa extraña, la luz se volvió a apagar y sin darme tiempo para correr despavorida se prendió otra vez, solo que en otro árbol, y allí estaba ese hombre otra vez; era joven y morocho, con ojos grandes y mirada penetrante. Ya no estaba colgado; estaba puesto como si lo hubieran crucificado; sus piernas juntas y sus brazos extendidos hacia los costados. La luz se apago y sin dudarlo ni un instante Salí corriendo, me tropecé con una rama y rodé cuanta abajo por una depresión del bosque. Solo sé que luego abrí los ojos y alcance a ver de manera borrosa cinco figuras esbeltas con luces en las manos, que bailaban y saltaban a mi alrededor, mis ojos se volvieron a cerrar y cuando los volví a abrir me di cuenta que me encontraba sentada en una larga mesa junto a mis amigos, sin saber como había llegado hasta ahí.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

¿Me despierto todas las mañanas?

Me despierto todas las mañanas esperando no recordar el tema que tenia en la cabeza cuando me dormí, tratando de pisar con el pie derecho para no tener un mal día, queriendo que lo malo sea bueno, pensando que no voy a tener ya ningún vació en el alma., tratando de ser un poco más inteligente, tratando de romper barreras que jamás tuve y que hoy tengo, esperando no tener por que derramar ninguna lagrima. Tratando de ser más feliz que el día anterior, tratando de superarme, de querer volver a despertarme a la mañana siguiente. Esperando que no se cumplan mis presentimientos, tratando de creer que a mí si me pueden pasar cosas buenas, con la esperanza de que no me lastimen, sabiendo que de alguna manera alguien esta ahí, queriendo no tocar “esa” cajita que me cura y me mata. Tratando de pensar que no hay mal que por buen no venga, tratando de creer que siempre hay motivos para vivir algo nuevo.

Algo más

Quisiera poder decirle al mundo lo que tengo siento, pero ni yo puedo entenderme, estoy en ese momento donde los pensamientos se cruzan y se enredan hasta el punto de ahogarme; no me lastiman solo me ahogan, aunque si lo pienso bien, el ahogo en parte también lastima. Es fácil aconsejar pero difícil aconsejarme. Le doy a todos mi experiencia y lo que siento, les sirve bastante hasta donde se, pero no puedo conmigo, a mi no me sirve. Y cuando los demás me aconsejan, tomo lo que me dicen, lo proceso y termino haciendo la mayoría de las veces lo que siento; por que no me gusta guiarme por lo que me dicen, a no ser que sea gente que me conoce mucho (ósea muy pocos, casi nadie). Estoy tan enredada en lo que pienso y siento que no puedo ni siquiera poner una conclusión en este texto, solo puedo dejarles una historia colgada que me acaba de venir a la cabeza, una historia propia, algo que me paso, algo que me enseño, algo que no tiene que ver con lo que escribí antes:
“Hace unos años alguien me pidió que dejara de llorar. Me lo pedía todo el tiempo (ya no soportaba mi llanto), hasta que cambie, me volví dura. Por fuera parecía que nada me importaba, era inmutable. Después de un tiempo la misma persona me pidió por favor que volviera a llorar”…

martes, 12 de septiembre de 2006

Estación Ar.

















Para María

Don





















Yo me pregunto si todos tenemos un “Don”, quisiera creer que tengo uno para algo, pero me lo cuestiono cada día más; cada vez que veo la genialidad en otros creo que cada vez tengo menos posibilidad de tenerlo yo.
Es como si hubiese un “stock de dones”; de talentos y que se acaban sin estar segura de que pueda llegar a obtener alguno.
Yo no creo tener un don, solo puedo hacer cosas que agraden pero no que despierten pasión en el otro.
Busco en mi memoria si alguna vez cause pasión en el otro al hacer algo, pero no tengo registros.
Soy muy perceptiva (a veces demasiado) pero no se si eso es un don, más bien por momentos en vez de pasión despierto miedo.

Cambio de roles


Algunas ramas de la religión


Dulces recuerdos que quiebran mi mandíbula




















Para Javi.

Mira y aprende


Los árboles mueren de pie


Costumbres argentinas


Oscura por donde me mires


















De repente todo gira, el aire no es el mismo, ya no alcanza. El estomago se retuerce, las nauseas son cada vez mas fuertes. Las manos empiezan a temblar, empiezan las dudas. Acido en la boca, mareos. La cabeza cada vez gira más y mas, no encuentro el freno, o no quiero encontrarlo, los pensamientos no piden permiso se instalan no quieren irse vienen en manada. Quiero evitar hacerlo pero no puedo, pienso ¿Dónde la deje la última vez?, ya me acuerdo, ahora siempre la llevo conmigo, la busco, otra vez no quiero, las secuelas se notan cada vez más, la miro, trato de contenerme, no puedo. Perdón… Lo hice otra vez… Y tampoco pedí ayuda…

martes, 5 de septiembre de 2006

Rapido como el viento


Roto y solo
















Desde hace un tiempo a esta parte no necesitaba tomar nada para dormir, sentía que todo estaba lo suficientemente bien; pero hoy, ya no lo creo, como tampoco lo creí ayer.
Anoche 4 miligramos, hoy 3, ojala mañana nada; pero quien sabe.
Me da la certeza de que voy a dormirme rápido sin tener tiempo para pensar, sin tener tiempo para analizar lo que está pasando, ni para imaginar algo que quizás no pasa; o si.
Todavía no la tome, está al lado mío, la miro de reojo esperado que de un salto directo a mi boca.
Es mi única salida para dejar de dar vueltas en la cama.
Son las 3:09, mañana debería madrugar para estudiar; tengo un final.
Me levanto porque tomarla es lo mejor que puedo hacer a esta hora, la agarro, camino hasta el baño, la meto en mi boca, abro la canilla, me agacho para tomar agua de ahí porque no tengo vaso; pero no me pasa, se queda en mi lengua como si por alguna razón no debería tragarla; pero es tarde y no me importa.
Me agacho otra vez tomo más agua que antes, miro al techo y trago, esta vez si que no fallé.
Tengo frente a mí el espejo pero no quiero mirarme, ya no me agrada hacer eso, le doy la espalda, apago la luz, salgo del baño y camino hacia la habitación, me siento en la cama, me tapo, cierro los ojos, ya el cuerpo comienza a no responderme, tampoco me deja pensar, escucho el celular que está al lado mío, anunciándome que llego un mensaje de texto, ¿quién será a esta hora? No lo sé, pero no quiero distraerme, el sueño está llegando y no tengo que dejarlo pasar.

Edipo


La destrucción dentro de la creación


Hombre mirando al Oeste


Auspicia este momento Stella Artois


Registro, por favor.


Caballeros eran los de antes

















Cuando los hombres le cedían el asiento a las mujeres y cuando se quedaban parados esperando que ellas se sienten, entre otras cosas...

Autorretrato gaseoso


¡De la cabeza!


lunes, 4 de septiembre de 2006

Viaje al pasado 2º parte
















Noche de bar














Dedicada a mi amor.

Flor de bola


¡Al rincón!

















Y basta de travesuras…

Cuenta la leyenda














Cuenta la leyenda que por Villa Urquiza, en las noches más frías de invierno pasa un colectivo fantasma, y que solo personas destinadas encontraran la forma de subirse.
Se dice que si uno logra hacerlo, tendrá la recompensa de conocer un barrio donde todos sus habitantes tienen la capacidad de ver, comprender y disfrutar todo lo hermoso y mágico que nos brinda la vida.

Viaje al pasado 1º parte


Mini Me


En vías de ser Miami


Nunca es tarde para aprender


viernes, 1 de septiembre de 2006

Belleza




















Quisiera escribir sobre la belleza, pero la verdad es que no es tan fácil; porque creo que la belleza es algo muy relativo, ya que lo que para mi es bello, para otro puede ser horrible, y al revés. A mí por ejemplo, me parece muy bello el mar en invierno y no en verano; pero mucha gente piensa lo contrario, también pasa esto cuando nos gusta alguien, no es lo mismo una persona bella para mí, que para mi amiga. Pasa con todo, con cada cosa sobre el planeta.
Ahora lo más difícil es darse cuenta que uno puede ser bello para alguien, muchas veces creemos que es imposible, nos levantamos un día, nos miramos al espejo y pensamos: ¿Yo le parezco linda a “X”?, pobre... ¡ese chico no esta bien!. Nos peinamos, nos arreglamos y nos volvemos a mirar con la esperanza de sentirnos un poco más lindos pero, reafirmamos: ¡Definitivamente “X” no esta nada bien!
Deberíamos saber, que siempre va a haber alguien que pueda pensar que somos bellos. Por lo general, los que piensan esto, son personas que a nosotros no nos interesan y es así como pasa el tiempo y estamos solos buscando que algún día llegue esa persona a la que le parezcamos bellos y el/ ella nos parezca bello/a. Esto se convirtió en un trabalenguas, pero ¿se entiende el concepto?, espero que si.
Igualmente hay que ser sinceros con nosotros mismos y admitir que aunque sea una vez en la vida, nos sentimos bellos, quizás porque nos pusimos una ropa que nos quedaba bien o nos maquillamos, nos peinamos, o simplemente estábamos de buen humor y eso ayudo a vernos mejor.
Hoy me mire al espejo, tenía la cara pálida y la pintura corrida del día anterior, no tuve tiempo de arreglarme porque llegaba tarde a trabajar, me peine así nomás, me mire al espejo y pensé: no me queda tan mal estar destruida. La verdad es que estaba de buen humor y seguramente eso fue lo que hizo que no encuentre el lado negativo a la situación, con esto vuelvo a insistir sobre lo que dije antes, “la belleza es relativa”, y la verdad es que también depende de muchas cosas, ya que si hoy me hubiera levantado de mal humor, me miraba al espejo y notaba la cara que tenia seguramente me deprimía.

Quizás también todo esto es solo una excusa.

Una dura charla

















No se si le estaba pidiendo perdón, si quería convencerlo de algo, solo se que él parecía no estar dispuesto a aceptar.

me Retiro


Gargolas.